Palabras para el amor propio

Más allá de palabras que pueden leerse como exceso de positividad tirana, es un llamado de reconciliación, perdón, reivindicación e incluso de no repetición de acciones y palabras violentas y poco agradables que nos decimos día tras día, y que la sociedad en muchas de las ocasiones las tomas como válidas y nosotr@s las asumimos como propias:

-¡No eres suficiente!
-¡Estás muy gorda!
-¡Estás muy flaca!
-¡Si no te amas, ¿cómo quieres que te amen?

Afirmaciones lejanas de la realidad, por lo tanto, no pueden detonar una verdad y por eso hacemos este recordatorio.

Pero no queremos caer en lugares comunes en donde sugieren que solo con manifestar al universo o no sabemos a quién, las cosas pasan o las cosas mejoran per sé. No.

El manifestar cosas buenas para nuestras vidas, nuestro cuerpo y nuestro interior, es un trabajo a pulso, que requiere disciplina, constancia, mucho amor y paciencia. Es un camino doloroso porque es sumergirse en las heridas más profundas para comenzar a sanar y florecer.

En un proceso que se requiere mucha compasión. Se requiere mirarnos con ojos de perdón, de reconciliación, aceptación y resiliencia.

Los mantras aquí sugeridos –por decirles de alguna manera-, son entre muchos, invitaciones a buscar dentro de nosotr@s y del mundo que nos rodea, una luz que nos ilumine el camino con amor propio y amor para l@s demás.

Nos despedimos con palabras de Bell Hooks: “Una de las mejores maneras de aprender a quererse a uno mismo es darse uno el amor que a menudo suela con recibir de los demás!”

¡Porque valemos la alegría y merecemos presencia amorosa!

Repítelas en voz alta y convéncete del poder de las palabras cuando nos miramos con compasión y mucho, mucho amor.