Mujeres malqueridas

Las veces en que hemos anhelado cambiar a alguien, somos malqueridas.
Las veces que entregamos sin medida y ni límites, somos malqueridas.
Las veces que no antepongo mi amor y libertad, somos malqueridas.
Las veces que me quedo sin esperar reciprocidad en el vínculo, somos malqueridas.
Las veces en las que solo nos bastó una sonrisa incipiente, una llamada o una palabra medida para calmar nuestras angustias, somos malqueridas.
Las veces en las que nos quedamos a pesar de sentir un abandono incluso con su presencia, somos malqueridas.
Las veces cuando entregamos eso que llaman “amor incondicional”.
Las veces cuando sucumbimos a las migajas de presencias, somos malqueridas.
Cuando nos desdibujamos, en vez de dibujarnos.
Cuando nos fragmentamos, en vez de completarnos.
Cuando nos rompemos, en vez de sanarnos.
Cuando nos perdemos, en vez de encontrarnos.
somos malqueridas.

Mariela Michelena, autora de los libros: Me cuesta tanto olvidarte y Mujeres Malqueridas, nos sugiere lo siguiente: “La malquerida debería preguntarse, por ejemplo, ¿desde cuándo no hace aquello que solía gustarle hacer antes de conocer a su Juan? (…) ¿Recuerda las tres últimas veces en las que él dejó de hacer algo que le gustara para complacerla a ella? ¿Alguna vez es capaz de hacer planes por su cuenta, con sus amigas o sus compañeros de trabajo? ¿se “atrevería” a hacer algo inofensivo con lo que su Juan no estuviera de acuerdo?”

¿Qué otras preguntas le haríamos a las mujeres malqueridas, que a veces muchas veces, somos nosotras mismas, para ayudarnos a darnos cuenta que debemos pasar de malqueridas a bien queridas?

Reflexión a partir del libro: Mujeres malqueridas de @mariela_michelena