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Deberes Sexuales de El Divan Rojo

Deberes sexuales: Por la vivencia de una ética erótica. Una propuesta de erótica deontológica y transontológica desde Latinoamérica.


Deberes sexuales:
Por la vivencia de una ética erótica.
Una propuesta de erótica deontológica y transontológica desde Latinoamérica.

Psicóloga Alejandra Quintero-Rendón – El Diván Rojo
Abogado Armando López Upegui

Psicóloga Alejandra Quintero-Rendón y Abogado Armando López Upegui.
El Acontista, Medelin, 2011.
“Gozar y hacer gozar, sin hacer mal, ni a ti ni a nadie:
ese es, creo, el fundamento de toda moral”
Nicolas Chamfort
 
 
“Todo desprecio de la vida sexual, toda impurificación de la misma
con la idea de constituye el auténtico pecado
contra el santo espíritu de la vida”
Frederich Nietzsche
 
 
“El diálogo no impone, no manipula,
no domestica, no esloganiza”.
Paulo Freire
“Nadie puede ser perfectamente libre 
hasta que todos lo sean”. 
Herbert Spencer

Vivir libremente la sexualidad implica un ejercicio de autonomía, conciencia y responsabilidad que de la mano de una ética propia contribuye al bienestar personal, que en otros términos, es la salud sexual. (“El término “salud sexual” se refiere a la experiencia del proceso continuo de bienestar físico, psicológico y sociocultural relacionado con la sexualidad”. OPS y OMS. (Eds.) (2010) Promoción de la Salud Sexual. Recomendaciones para la acción. (pp 9)  [Version de PAHO ])

Por ello, para procurar la salud sexual partiendo de la construcción consciente de una ética humana, autónoma y dialógica, o sea, basada en la alteridad y el diálogo, y soportada en el amor propio y el cuidado de sí, no sólo hay que hablar exclusivamente de derechos sexuales, sino también de deberes sexuales, en el entendido de que el cumplimiento de los deberes por parte de cada uno, se constituye en la más eficaz forma de garantizar el propio derecho.

El Diván Rojo desarrolla así esta propuesta de los deberes sexuales, que, aunados a los derechos sexuales ya propuestos previamente por la World Association for Sexual Health (WAS) desde 1999, permitirán una vivencia de la salud sexual en términos personales e individuales que se reflejarán en la comunidad.

Estos deberes se enmarcan en principios como el autogobierno, el amor propio, el cuidado de sí, el hedonismo, el vitalismo y el humanismo que, en conjunto con los derechos sexuales, contribuirán con la salud sexual personal y social.

Los deberes sexuales son entendidos, como aquellos compromisos que cada sujeto desarrolla o tiene, frente a la vivencia placentera, edificante y saludable de la sexualidad para consigo mismo y con el Otro. Estos compromisos devienen de la consciencia de la sexualidad y de la erótica, como elementos transversales e inherentes a la condición humana, que pueden aportar bienestar físico, mental y espiritual y que naciendo de la consciencia y acción individual influirán en la consciencia y acción social.

Vivir una sexualidad y una erótica libre, implica la construcción de un marco ético propio y autónomo, que no solamente contemple el conocimiento y la práctica de los derechos sexuales, sino de los deberes sexuales. Una ética sexual y erótica, no debe partir solamente de la reclamación de los derechos o del respeto de los derechos del Otro, sino de la consagración, observación y formación en deberes sexuales, ya que no hay derechos sin deberes. Deberes que implican que el sujeto construya sus propias normas y su limitación y sea congruente consigo mismo a partir de sus leyes autoimpuestas por el ejercicio de la razón. Normas que son validadas, construidas y re-construidas en una relación dialógica con el Otro, o sea, en una alteridad erótica.

Hablar de deberes sexuales, implica poner la responsabilidad de su salud sexual al interior del sujeto, lo cual permitiría:

– Contribuir a los procesos de transformación personal y social de la sexualidad actual, hacia una erótica más humana, autónoma y auténtica basada en la alteridad y el diálogo, o sea, contribuir a una revolución erótica personal y social.

– Construir una ética humana y autónoma donde el sujeto se autodetermine sexual y eróticamente desde la alteridad y en el diálogo con el Otro. Una ética sexual y erótica que admita la práctica de los deberes y derechos sexuales, que le permita tomar decisiones críticas y conscientes sobre su sexualidad y vivencia del erotismo.

– Procurar el bienestar sexual personal y social, que no es otra cosa que la salud sexual.

– Garantizar el respeto por la pluralidad de los cuerpos, los deseos y los placeres del otro, lo cual se reflejaría en una vivencia sexual libre y sin coacciones.

– Redundar en la protección de la salud pública a partir de sujetos conscientes de las consecuencias de sus acciones sexuales, fruto ésto de la formación ética propia de cada individuo.

Propuesta de deberes sexuales:

– Deber de la libertad sexual:
Es el deber de respetar la expresión de la sexualidad y la pluralidad de los cuerpos, los deseos y los placeres del Otro, lo que implica una vivencia sin coacción, abuso, violencia o explotación de la vida sexual propia y de los demás. Es el deber Ser, dejando Ser.

– Deber de la autonomía, integridad y seguridad sexuales del cuerpo:
Es el deber de tomar decisiones autónomas sobre el cuerpo y la propia vida sexual y erótica a partir de la ética personal y social, que conlleven a la vivencia placentera y consciente de nuestros cuerpos, libres de cualquier forma de coacción, abuso, violencia o explotación. Parte de la idea de que todo cuerpo es legítimo.

– Deber de la privacidad sexual:
Es el deber de respetar la autonomía del Otro para decidir lo relativo a la práctica de su sexualidad y erótica y el manejo del cuerpo como un acto íntimo y privado de su libertad personal.

– Deber de la equidad sexual:
Es el deber de procurar relaciones equitativas entre los seres humanos, absteniéndose de prácticas sexuales y vinculares que supongan dominio, imposición, sometimiento del otro por razones de raza, sexo, religión, limitación física, social o emocional, orientación sexoafectiva, identidad de género u origen étnico.

– Deber del placer sexual:
Es el deber de permitirse el disfrute y goce de los cuerpos, enmarcado en el bienestar propio y del otro.

– Deber de la expresión sexual emocional:
Es el deber de respetar todas las manifestaciones sexuales respetuosas expresadas mediante la comunicación, el contacto, la expresión emocional y el afecto.

– Deber de la libre asociación sexual:
Es el deber de respetar las actitudes y decisiones del Otro frente al establecimiento de nexos con otras personas, obrando siempre de la manera más consensuada posible. Incluye las relaciones humanas institucionalizadas y no institucionalizadas, las uniones matrimoniales de hecho o de derecho y/o la disolución de los mismos.

– Deber de tomar decisiones reproductivas, libres y responsables:
Es el deber de elegir libremente y sin presiones de ningún tipo (demográficas, económicas, políticas, religiosas, relacionales, etc) nuestra reproducción o no reproducción como especie. Parte del hecho de presidir la toma de decisiones reproductivas en las relaciones humanas, a partir del conocimiento de los métodos anticonceptivos y del respeto por la libre elección del Otro.

– Deber de buscar información científica:
Es el deber de formarse mediante la información generada por la investigación en sexualidad, científica, libre y ética, que permita una formación sexual crítica y laica que propenda por el ejercicio saludable, placentero, edificante y seguro de la sexualidad y la erótica. Implica la búsqueda proactiva y la formación autodidacta en sexualidad.

– Deber de educarse integralmente en sexualidad:
Es el deber de procurarse una educación y formación sexual integral, que considere no sólo los aspectos biológicos, anatómicos, fisiológicos y reproductivos de la sexualidad, sino que involucre su faceta erótica, vincular, simbólica y comunicativa, propendiendo así, por un enfoque humanista, integral y positivo de la sexualidad. Implica la formación autodidacta en sexualidad, no solamente desde el ejercicio intelectual, sino también, actitudinal, emocional y vivencial.

– Deber del autocuidado y la procura de la salud sexual:
Es el deber del autocuidado –o cuidado de sí- y del cuidado del Otro, procurando garantizar la atención de los problemas y trastornos sexuales, físicos y emocionales que puedan surgir en el ejercicio de la sexualidad y la vivencia erótica.

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Psicóloga Alejandra Quintero Rendón – eldivanrojo@gmail.com – @eldivanrojo

 

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