
“Su lengua puntiaguda e inquieta lame su clítoris en acto de alabanza por el juego que esa mujer entreteje entre sus piernas en un 69 perfecto, sus uñas parecen enterrarse en sus anchas nalgas cada vez que el estremecimiento aumenta y la humedad de sus vulvas pareciera inundarlas…”
Alejandra Quintero.
Tomada de Deviant Art:
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Esta es una escena que compone la fantasía sexual de la mayoría de los hombres colombianos. Por eso hablemos un poco acerca de bisexualidad femenina, ya que la masculina no parece interesarles mucho.
Numerosas son las críticas y prejuicios de las personas cuando se enteran de la bisexualidad de otro, normalmente dicen: “Hey, imagínate que esta persona es bisexual”, o “le gusta de res y de cerdo” . Aunque es una expresión coloquial y la mayoría de las veces se usa de manera despectiva, sirve para dar claridad con respecto a la diferencia entre homosexualismo y bisexualidad. Sin embargo, ¿por que no usar expresiones similares cuando alguien es heterosexual? La explicación reside en los parámetros sociales que todos construimos, mantenemos y validamos día a día. Sin embargo, esa no es razón para quedarnos con las ideas irracionales que nos han infundado.
Tanto para la psicología como para la sexología, las diversas orientaciones sexuales como la heterosexualidad, la homosexualidad y la bisexualidad, configuran una fuerte atracción preferencial de caracter erótico y afectivo hacia personas de un sexo determinado. Están errados aquellos que consideran que la bisexualidad es una enfermedad o patología, y que lo que debemos hacer es rezar o llevarlos al médico para que se compongan.
Actualmente en Colombia se vive el boom de la bisexualidad tanto masculina como femenina; este es un momento en el que se puede apreciar en la ciudad un ambiente bisexual que antes no se expresaba. Recuerdo que varios amigos me comentaban acerca de sus experiencias y se sorprendían de la forma como estaba cambiando la “juventud”. Pero ser bisexual no es cuestión de edad ni de sexo, es una decisión.
En estos tiempos los hombres andan “expuestos” a las mujeres de sus fantasías, sirenas o dulcineas, a aquellas que sin dudarlo mucho pueden hacer sus sueños realidad. Aunque algunos pasan de un plácido sueño a una terrible pesadilla de enfermedades de transmisión sexual, problemas de pareja y destrucción de familias.
Se está convirtiendo una práctica común que adolescentes y jóvenes, reconocidas por ser heterosexuales, experimenten contactos bisexuales, o que las esposas sean condescendientes con las fantasías de su marido, (la mayoría de actos bisexuales que incluyen tríos), así en principio no les guste la idea.
En últimas, la bisexualidad femenina está de moda. Llegó el cuarto de hora para los hombres. ¿Será que en un futuro próximo, las fantasías sexuales masculinas dejarán de ser tan obvias y comunes?. No existe fantasía sin represión. Ahora que estamos dejando atrás la represión y los tabúes frente a la bisexualidad y el lesbianismo, ¿a qué fantasía migrarán?
Empero, esta no es la única razón que genera dichas ideas. Es posible que aun llegando a un nivel de baja represión cultural, se conserve la fantasía de ver o estar con dos mujeres al mismo tiempo, debido a que ésta se fundamenta también en el machismo y en la idea del hombre dominante. Un hombre es más macho, (o sea más animal) mientras pueda demostrar a los demás machos de la especie, que puede copular con la hembra dominante o con varias hembras. Es una cuestión de poder y territorio; los hombres entienden. Esto es una redención del comportamiento instintivo, evolutivo y filogenético al campo mental de las fantasías.
Pero, ¿qué pueden hacer los hombres para cumplir sus fantasías sexuales con su pareja? Muy sencillo, hablar con claridad y respeto. Hago hincapié en la palabra pareja, debido a que cumplir las fantasías sexuales con otras personas es muy fácil y no requiere método, sino un poco de dinero.
La comunicación franca, abierta y respetuosa es indicador de una relación de pareja sólida. Si Usted cuenta con esos espacios, hable con su pareja de sus deseos y fantasías. Si descubre una negativa, enfrente dicha situación con argumentos y no con prejuicios, en caso de que su pareja se niegue rotundamente a realizar sus fantasías, desista por un tiempo. Presionar no es una buena estrategia. Como decía anteriormente, la bisexualidad es una libre decisión.
1. Identifique claramente cuál es su fantasía: Ver a 2 mujeres, estar con varias mujeres, realizar un trío, un intercambio o una orgía, con qué tipo de mujeres le gustaría estar, en dónde…
2. Evalué las consecuencias positivas y negativas que puede acarrear el cumplimiento de su fantasía, a nivel afectivo, emocional, familiar, económico, sexual, sentimental y en algunos casos religioso, ya que esto es causal de divorcio y excomunión.
3. Planee la situación de diálogo: sepa elegir el momento y el lugar.
4. Comunique claramente a su pareja la fantasía que desea cumplir, no sea que después se genere una frustración o grandes problemas.
5. Esté preparado para un no y una actitud defensiva frente a su propuesta.
6. Identifique cada uno de las objeciones que pueden aparecer en el transcurso de la conversación.
7. Desarrolle argumentos válidos y no amañados, frente a las objeciones.
8. No ejerza presión si su pareja mantiene la negativa. Desista de la conversación, lo más seguro es que ya dejó la inquietud en su pareja y ella no dejará de pensar en ello.
9. Toque el tema después de unas semanas o meses, para conocer que ha pensado su pareja al respecto.
10. En caso de que su pareja decida autorizarlo o acompañarlo en su fantasía, defina claramente cuáles serán las normas del juego: ¿A quién besará? ¿A quién podrá penetrar? ¿A quien podrá tocar? ¿Se permitirá el coqueteo y enamoramiento de su pareja con la otra mujer? ¿En caso de que pase, qué hará al respecto? Serán frecuentes los contactos bisexuales o será una vez para cumplir la fantasía? ¿Cómo será la relación con la otra persona?
11. ¿Tu mujer definitivamente no se siente atraída por otras mujeres y no cumplirá tu fantasía? En este caso debes respetar, valorar y seguir con tu pareja sin ejercer presión alguna. Ten en cuenta que la mujer no tiene por qué cumplir las fantasías de su compañero si no las comparte y eso no significa estar “out”.
Insisto nuevamente, esta discusión no puede convertirse en un elemento de presión para su pareja; el manejo de la sexualidad de una persona es un asunto de elección no de obligación.
O acaso ¿Ustedes se imaginan una mujer insistiendo en que desea estar con dos hombres? ¿En que esos dos hombres se besen, acaricien y hagan el amor con pasión y sensualidad, de la misma manera en que Ustedes ven a las mujeres? ¿Por qué este caso no aplica? Los dejo con esa inquietud.
Artículo publicado en la primera edición de la revista Skin Addiction.