Habitar la esperanza. Soy acompañante de la Vida.

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Proxeneta


Proxeneta:

“Esta palabra se usa hoy exclusivamente para denominar al sujeto que explota la prostitución de una mujer. Sin embargo, en el diccionario de Nebrija, la palabra se define como un mero intermediario comercial: “corredor de mercadería”.

Proviene del latín, lengua en la cual tenía el mismo significado que le atribuye Nebrija, de ‘intermediario o corredor’, derivada del griego proxenos, una especie de cónsul informal o de protector, que ayudaba a sus compatriotas en una ciudad extranjera. Sin embargo, en el diccionario de Terreros, el proxeneta era “una especie de intermediario para ventas, compras y casamientos”.

El significado actual de proxeneta sólo lo hemos hallado en español en el siglo XX, como en este texto del escritor paraguayo Mario Halley Mora:

No admitía para nada que su relación con la mujer era nítidamente sexual y malvada. Amante y proxeneta, pinta de cuerpo entero al sujeto vividor y tenebroso que para mi bien de escritora y mi mal de mujer, se había introducido en mi vida”.

Etimólogo: Ricardo Soca
Definición tomada de LA PÁGINA DEL IDIOMA ESPAÑOL.

Para conocer más etimología referente a la sexualidad, ingresa aquí.

Psicóloga Alejandra Quintero R.

¿Qué tan complicado puede ser hablar de sexo?

Mientras algun@s colombian@s hablan de sexo en sus reuniones sociales, hacen chistes de ello, se mofan de sus hazañas sexuales, a veces de forma exagerada y bastante creativa, otros en cambio son juzgados socialmente por ello.

Desde los programas que he realizado en radio y televisión como El Diván Rojo he sentido la dificultad en conseguir invitados que hablen de sexualidad abiertamente y con criterio, una habilidad discursiva un tanto escasa en el país, pues eso de hablar de sexualidad con conciencia y además por medios de comunicación, es más complicado.
Recuerdo el inconveniente para conseguir un hombre que hablara acerca de la disfunción eréctil, buscaba un joven común y corriente que no sufriera disfunciones sexuales, pero que desde su visión masculina nos comunicara qué sentían los hombres cuando a veces no les funcionaba. Qué problema… Todos los chicos que llamaba me decían: “No no no… Hablar de eso en televisión… Después creen que sufro de impotencia” Entiendo, hay que demostrar que los hombres son muy potentes sexualmente y garantizar su hombría desde la erección, pero bueno, al fin apareció un hombre valiente que sin sufrir de disfunción eréctil, aceptó haber presentado algunos episodios aislados y reconoció lo complicado que es para muchos hombres no tener el pene erecto en toda la relación sexual y etc etc…
Pese a las dificultades de hablar de sexo en mi país, agradezco a la vida haber nacido en este momento histórico, creo que en otro ya me hubieran quemado, apedreado o encarcelado. Es este el caso de Mazen Abdul Jawad, un joven libanes que por reconocer que ha tenido relaciones antes del matrimonio, por explicar sus técnicas sexuales y por aceptar que usa condones, fue detenido después de que más de cien personas presentaran una denuncia ante el tribunal. “Las acusaciones presentadas en su contra son muy graves”, cita “Gulfnews” al presidente del tribunal de Yidda, el jeque Abdulla al Othaim. “Incluyen perversión y adulterio reiterado así como el hablar abiertamente sobre pecados”. En el caso de ser encontrado culpable, el hombre puede ser condenado a muerte, añadió. Para ampliar la noticia, ingresa aquí.

Veamos el programa de la discordia:

Imagino que muchos hombres árabes hacen muchas cosas por el estilo de este hombre, pero lo hacen ocultamente para evitar las consecuencias sociales de sus actos. ¿Será que jugar a la doble moral trae mayores beneficios?, ¿Nos evita la doble moral el rechazo social que puede desestabilizar el ego y mi psique? Pues bien, de mi parte creo que la doble moral genera muchísimos vicios sociales e impide el crecimiento personal desde la autenticidad y la aceptación incondicional de la naturaleza humana.

Después de leer esta noticia tan increíble como absurda, sigo agradeciendo el apoyo de las personas que aprecian la labor que realizo y que también la critican, pues a partir de ello he mejorado muchas cosas que antes no hubiera contemplado.

Recordemos vivir desde la autenticidad y hablemos abiertamente de sexualidad pero con criterio, para ir derrumbando el tabú y anulando la represión.

Psicóloga Alejandra Quintero R.

Derecho a la libertad sexual

Los derechos sexuales y reproductivos nos cobijan a todas y todos por el simple hecho de ser humanos.
Practícalos y exígelos.


Derecho a la libertad sexual
“La libertad sexual abarca la posibilidad de la plena expresión del potencial sexual de los individuos. Sin embargo, esto excluye toda forma de coerción, explotación y abuso sexuales en cualquier tiempo y situación de la vida”.
¿Tienes alguna anécdota que contar al respecto? Compártela. Deja tu comentario aquí abajo.

Psicóloga Alejandra Quintero R.

El erotismo del vino. Por Hugo Sabogal.

Artículo tomado de El Espectador del 25 de Julio de 2009. Sección: Opinión.

“Sobre las virtudes afrodisiacas de esta bebida, que relaja el sistema nervioso, calma la ansiedad, desinhibe y enciende la líbido.

Desde sus orígenes, el jugo fermentado de la uva ha tenido una estrecha relación con el amor y el sexo. Para algunos y algunas, el vino es un afrodisíaco perfecto. Para otros y otras es un agente erótico, que evoca, desde la forma de la botella hasta lo más profundo de su esencia, todas las formas del amor sublime y del amor carnal.

No se trata de decir que cada vez que abrimos una botella o que llevamos un sorbo de vino a la boca nos queremos desvestir o retirarle los ropajes al prójimo. No. Lo primero que debemos reconocerle es su función de acompañante perfecto con nuestros alimentos, pues se ha comprobado que potencia los aromas y sabores de los ingredientes culinarios, mejora nuestras experiencias sensoriales en boca y nariz, equilibra las sensaciones extremas por complementación o por contraste, reduce los ácidos grasos en las carnes rojas y obra como un excelente digestivo.

En cuanto a sus virtudes afrodisíacas, habría que mirar qué tanto es el vino un instigador psicofisiológico (que agudiza nuestra agudeza táctil, visual y organoléptica) y qué tanto es un brebaje que, al ingerirse, enciende la libido en nuestro interior.

En cuanto a los cambios internos —los mismos que podríamos atribuirles a los mariscos, el ginseng, el polen, la jalea real o el viagra—, la ingesta de vino relaja el sistema nervioso, calma la ansiedad y desinhibe. En otras palabras, nos hace bajar la guardia y nos predispone a juegos que normalmente evitaríamos. El secreto está en saber dejarse llevar y en beber las dosis perfectas para evitar la advertencia que hace Porter en el acto II de la escena III de Macbeth (la inmortal obra se Shakespeare) cuando, respondiendo a Macduff, dice que una de las cosas que provoca la bebida es la lujuria: “…Señor, provoca y no provoca; provoca el deseo, pero impide el desempeño”.

Como los efectos del alcohol en el organismo se miden según el peso corporal de las personas, se ha establecido que alguien de 75 kilos de peso puede tolerar, como máximo, una media botella de vino antes de que las ondas afrodisíacas se apaguen debido a la acción de la sobrecarga. Es decir, corremos el riesgo de ahogar la euforia inicial y de entrar en el abominable aturdimiento.

Muchos prefieren pensar, más que en las propiedades afrodisíacas del vino, en su mensaje erótico. Dionisio, la deidad griega por cuyas venas se aseguraba que corrían sangre y vino al mismo tiempo, mantuvo con Eros —el dios de la atracción, el amor y el sexo— una estrecha relación, de la cual aprendimos mucho sobre el erotismo masculino. De Afrodita, en cambio, aprendimos sobre el amor entre géneros.

Si comparamos a un enófilo consumado con un hombre presa del erotismo, entendemos que su gran satisfacción siempre gira alrededor de lo nuevo y de lo variado. Le encanta voltear la vista en busca de un vestido, de una forma corporal o de una mirada cómplice. De aquí podemos inferir que los buenos bebedores de vino, como los hombres eróticos, sueñan con elegir diferentes opciones y descubrir en cada una de ellas sus misteriosas diferencias. Prefieren los tintos porque el color carmesí se asemeja al rubor de la mujer y equivale al color del amor y la pasión. Admiran las botellas con formas definidas y se dejan seducir por las etiquetas, como lo harían frente a un traje tallado.

Por su parte, la buena bebedora busca (más que formas) seguridad, delicadeza y elegancia. La seducen los vinos vigorosos y firmes, como el Cabernet Sauvignon. Más que el hombre, es dada a seguir de cerca el ritual del servicio del vino, como, por ejemplo, la forma como el descorchador se mueve rítmicamente hacia abajo para extraer delicadamente el tapón. Por su natural capacidad de captar aromas, la seduce la exhuberancia aromática, porque insinúa el aliento de su amado. A diferencia del hombre (que se inclina por las descargas súbitas), a la mujer le gustan todos aquellos sabores prolongados y persistentes.

En torno a este tema ha habido estudios científicos del vino que avalan la creencia de que sus aromas tienen sus equivalencias en las feromonas humanas, es decir, en aquellas sustancias liberadas por el cuerpo. Variedades como la Cabernet Sauvignon, por ejemplo, especialmente si se añeja en barricas de roble nuevas, huele como la androsterona, es decir, la principal manifestación del olor masculino. La champaña francesa, por el contrario, encierra un alto porcentaje de ácido isovalérico, asociado al olor a mujer.

Un escritor latinoamericano que se ha ocupado de este tema en varios escritos —y cuya lectura siempre es motivante e inspiradora, porque obliga a ver el vino desde otras fronteras— es el brasileño Marcelo Copello, quien en su libro Vino y algo más toca todos estos temas con gran tino y maestría. Dice, por ejemplo, que “cada trago de vino es un beso, un acto erótico que representa la fusión de las respiraciones y que, en los rituales tántricos, simboliza la fusión de las almas. Rápidamente el vino hará su efecto, inhibiendo la ansiedad y la timidez, calentando los cuerpos y alegrando el espíritu”.

Quienes hayan visto la película Entre copas, del director estadounidense Alexander Payne, quizás hayan percibido la enorme carga erótica de su contenido. Es, definitivamente, uno de los mejores tributos a su poder erótico.

Al final (como lo sabemos todos de manera intuitiva), el vino siempre nos hechizará, porque en sus distintos tipos y estilos encierra el mundo de los géneros. Los blancos y rosados atraen por sus expresiones aromáticas y por su suavidad (como la mujer), mientras que los tintos transmiten potencia, densidad y cuerpo (como el hombre). Igualmente, los espumantes nos envuelven en su delicioso cosquilleo, como una hábil caricia.

Afrodisíacos, eróticos y alimenticios, los vinos nos hacen sentir la vida de otra forma y, como dice Copello, nos acercan a los demás sin la presencia de obstáculos ni barreras. En otras palabras, nos permiten viajar hacia el amor un verdadero.”

Psicóloga Alejandra Quintero R.

¿Casquilleras o seductoras?

Imagen tomada de Deviant Art: Dominix : Seduction by *SanveanNils.

Hace rato no escuchaba de boca de un hombre la palabra casquillera, ¿sabrá este que es casquillera? ¿Hay casquilleros? Esta pregunta se las dejo.

Consultando un poco, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua dice:

Casquillo. (Del dim. de casco).
1. m. Anillo o abrazadera de metal, que sirve para reforzar la extremidad de una pieza de madera.
2. m. Hierro de la saeta.
3. m. Parte metálica del cartucho de cartón.
4. m. Cartucho metálico vacío.
5. m. Parte metálica fijada en la bombilla de una lámpara eléctrica, que permite conectar esta con el circuito.
6. m. Am. Cen. y Ven. herradura (‖ de las caballerías).
7. m. Cuba. Pieza cilíndrica que protege la punta de una pluma estilográfica o de un bolígrafo.
8. m. Cuba. Refuerzo de metal que protege una pieza dental.

reír a ~ quitado.
1. loc. verb. coloq. Dar rienda suelta a la risa.

Y por ningún lado aparece la palabra Casquillera. Veamos:


¿Será que casquillera es la hermana, la hija o la nieta de casquillo? Una prueba de ADN lo demostrará.

Esta palabra para aquellas personas que desconocen su uso, contexto y vinculación emocional, hace sencillamente alusión a una mujer que da casquillo. (Revisar definición de casquillo en la parte superior) ¿Ya entienden? Aclararé un poco. Según ellos, es una mujer que es puro “tilín tilín y nada de paletas” ¿Se comprende mejor? El tilín tilín es sinónimo de dar casquillo, lo cual en lenguaje de machos hace referencia a una mujer que les coquetea, les hace creer que llegarán a acostarse con ellas y al final de cuentas sólo los deja con las ilusiones, ilusiones que a veces genera dolor testicular. (Eso dicen algunas víctimas) -Pensándolo bien, dar casquillo alimenta las fantasías sexuales-.

Esta palabra: Casquillera, se emite en tono despectivo y descalifica a la hembra etiquetada. Aclaro, sólo se aplica para hembras. ¿Existirán machos casquilleros? Insisto, esta pregunta se las dejo.

Averiguando un poco, el por qué algunas hembras dan casquillo, ellas aducen que eleva el ego cuando el otro “cae”, que les gusta sentirse deseadas, que con ello obtienen beneficios socioeconómicos como invitaciones a tomar cervecita, comprar ropa, ir a rumbiar gratis, comer en restaurantes, ir a fincas, etc, etc, etc. Como se puede apreciar es una estrategia de manipulación del erotismo evidente, en la cual muchos hombres van cayendo de manera ingenua y otros, de manera muy consciente en la artimaña planeada.

Muchos machos después de “invertir” su tiempo y dinero, concluyen que el casquillo no los lleva a ninguna parte, mejor dicho, a ninguna cama. Es la seducción por la seducción, donde el Otro se convierte en un instrumento-objeto que alimenta el ego y pone a su ejecutora en un puesto de poder donde el otro “cae” y hace lo que “yo quiera”, en otras palabras, es una estrategia de manipulación y no de seducción.

En mi caso, prefiero las seductoras y los seductores, seres humanos que creativamente buscar llamarse la atención para procurar un encuentro con el Otro, reconociéndolo como sujeto. La seducción aminora el camino para el encuentro y el casquillo procura el desencuentro. Dar casquillo o seducir es sin duda una elección personal que se decidirá según nuestros valores personales y nuestra vivencia del erotismo y la sexualidad.

Mi invitación en este caso es a elegir la autenticidad erótica, en la cual, partiendo de nuestra humanidad desnuda, frágil, contradictoria y ambivalente nos encontremos como sujetos y no como objetos que alimenten el ego de otros u otras especies, ojalá, en vía de extinción.

Trasladando la pregunta: ¿Casquilleras o seductoras? al Facebook de El Diván Rojo, esto es lo que han contestado algunas personas:


Así pues, que saquen Ustedes sus propias conclusiones.

Por cierto, ¿recuerdan las pregunta que les dejé? ¿Existirán machos casquilleros?, ¿Qué ganaría un hombre dando casquillo?, ¿Qué piensan ustedes, querid@s lector@s?

Psicóloga Alejandra Quintero R.

La violencia sexual como arma de guerra

Les recomiendo enormemente la lectura, análisis y reflexión de este especial que realizó el periódico El Tiempo sobre las violencias sexuales en las mujeres en medio del conflicto armado.

Espero que les toque el alma y que aportemos desde nuestro alcance un grano de arena para que se reduzcan las violencias sexuales. Qué tal si empezamos por dejar de ser tan machistas?

Para ver el especial, dá click en la imagen.

“Colombia desconoce la magnitud de la violencia sexual dentro del conflicto armado. Así lo reconocen organizaciones de Derechos Humanos que manifiestan la importancia de las mujeres víctimas de delitos sexuales se hagan visibles, denuncien y accedan a una reparación psicológica y material.

La Fiscalía entregó a la Corte Constitucional un reporte en la investigación de 183 casos que afectan a unas 500 mujeres. El informe fue catalogo por el mismo Fiscal General como “doloroso”, teniendo en cuenta la precariedad de los datos en al menos 118 expedientes. En Justicia y Paz, el tema prácticamente no ha sido tocado.

La violencia sexual, con el reclutamiento de menores, representan dos caras de la guerra que no han sido develadas en el país, a pesar de que miles de personas fueron afectadas por los grupos armados ilegales. Periodistas de la Casa Editorial El Tiempo hablaron con algunas de las víctimas”.

Tomado de El Tiempo.

Psicóloga Alejandra Quintero R.

“Pasó a ser a objeto de investigaciones que buscan desmitificarlo y entender por qué algunas mujeres lo experimentan con facilidad mientras que para otras es un ilustre desconocido.

La publicación New Scientist recogió seis revelaciones científicas en sexualidad femenina.

1. La eyaculación femenina

No son pocos los científicos que hoy aceptan que algunas mujeres pueden eyacular algún tipo de líquido durante la excitación sexual o el orgasmo.

Ya en 1950 Ernst Gräfenberg, médico alemán que dio su nombre al punto G, llamó la atención sobre este tema en un documento publicado en la Revista Internacional de Sexología.

En 1981 dos sexólogos estadounidenses, Beverly Whipple y John Perry, salieron al paso a otras declaraciones según las cuales el mencionado líquido era orina y demostraron que este líquido tiene muy bajos niveles de urea y creatinina -las dos principales características químicas de la orina- y que se origina en un tejido femenino conocido como glándulas de Skene, ubicadas alrededor de la uretra (conducto de la orina).

Esta es aproximadamente la misma superficie que el punto G, esa parte que sobresale dentro de la vagina que es sensible a la estimulación.

La variación en la cantidad de este tejido explicaría por qué no todas las mujeres lo tienen. Al igual que ocurre con el semen del hombre, las mujeres que se cree que eyaculan tienen gran variación en la naturaleza y el volumen del fluido producido: este puede ir de lechoso a blanco y de unas gotas hasta varios centímetros cúbicos.

2. El punto G sí existe

Se trata de una pequeña región en la vagina que al estimularse puede -según la creencia popular- producir orgasmos intensos.

El término, acuñado por Gräfenberg en 1950, se refiere a una zona de unos pocos centímetros dentro de la vagina, adelante y arriba, es decir en las llamadas glándulas de Skene (equivalente femenino de la próstata).

El tejido que las rodea, lo que incluye parte del clítoris que llega hasta dentro de la vagina, se hincha con sangre durante la excitación sexual.

Como no todo el mundo aceptaba su existencia, Emmanuele Jannini, de la Universidad de Aquila (Italia), y su equipo decidieron buscar marcadores bioquímicos de la función sexual en esta zona y encontraron la Fosfodiesterasa 5, una enzima que actúa sobre el óxido nítrico que provoca erecciones.

El viagra funciona al bloquear la Fosfodiesterasa 5. También se hicieron disecciones en cadáveres de mujeres y se encontró una gran variación en la cantidad de este tejido, que va desde la falta de él hasta tamaños palpables, lo que explicaría por qué en algunas mujeres puede ser objeto de estimulación y en otras no.

Se dice que los medicamentos erectores, como el Viagra, actuarían en este punto hinchándolo y poniéndolo de manifiesto para su estimulación.

Claro que la presencia de esta estructura no siempre garantiza orgasmos y su ausencia no significa que no puedan tenerse. Aún hay que investigar más.

3. El cerebro se apaga durante el orgasmo

Un estudio con escáner cerebral mostró que cuando la mujer tiene orgasmos su cerebro no solo es por completo ocupado por el sexo sino que muchas de sus áreas se desactivan, incluidas las que participan en la emoción.

De hecho, dice Gert Holstege, de la Universidad de Groningen (Países Bajos), “en ese momento las mujeres no tienen sentimientos emocionales”.

Otro estudio demostró que cuando las mujeres son estimuladas, la actividad cerebral se incrementa en el área sensorial del cerebro, pero cae en muchas zonas de manera significativa como la amígdala y el hipocampo -zonas involucradas en la vigilancia y la ansiedad- y la corteza prefrontal.

Los hallazgos confirmarían la creencia de que las mujeres no pueden disfrutar del sexo a menos que estén relajadas y libres de preocupaciones y distracciones.

4. Muchas no los tienen

Una encuesta hecha hace diez años en Estados Unidos (divulgada en el Journal of the American Medical Association) encontró que cerca del 43 por ciento de las mujeres tiene algún problema con su vida sexual.

Valga decir que entre todos los trastornos sexuales, la libido baja es la que está claramente vinculada a causas psicológicas o emocionales, como el estrés, la fatiga y la depresión, especialmente entre las mujeres jóvenes.

Que el sexo implique factores físicos y sociológicos no es nada nuevo, pero hay que reconocer que hoy existe demasiada presión sobre la mujer, y aunque la ciencia médica busca fármacos para ayudarle a aumentar el deseo y mejorar sus respuestas físicas, es importante hallar la forma de que controle su propia sexualidad.

“No estamos diciendo que los orgasmos son necesarios para que una mujer sea una mujer de verdad o para que tenga cierta calidad de vida -explica Laura Berman, terapeuta sexual de la Universidad de California-, lo que decimos es que toda mujer tiene derecho a un orgasmo, si ella lo quiere”.

5. Los genes afectan la frecuencia

De acuerdo con el primer estudio genético del orgasmo femenino, hasta el 45 por ciento de la variación en la capacidad de la mujer para tener orgasmos se debería a los genes.

En otras palabras, existe una base biológica subyacente a la capacidad de una mujer para alcanzar el orgasmo.

Las bases anatómicas, fisiológicas o psicológicas siguen siendo inciertas, dice Tim Spector, del hospital San Thomas de Londres (Reino Unido), que llevó a cabo el estudio.

“Es decir que no es puramente cultural o debido a la presión social o a diferencias en la educación o la religión; hay grandes diferencias entre las mujeres y muchas de estas diferencias se deben a los genes”, dice Spector en un informe publicado en Cartas de Biología.

6. La tecnología puede ayudar

Stuart Meloy, especialista en cirugía y dolor, consultor en Winston-Salem, Carolina del Norte, tuvo la idea de crear un dispositivo para la producción de orgasmos mientras llevaba a cabo un procedimiento para el alivio del dolor en una operación de columna vertebral de una mujer.

“Estábamos implantando unos electrodos en la columna y usando impulsos eléctricos para modificar la señales de dolor que pasan a lo largo de los nervios para encontrar la mejor posición de los electrodos, cuando de repente la paciente comenzó a exclamar enfáticamente (…) Le pregunté qué era y me dijo: ‘Vas a tener que enseñarle a mi marido a hacer eso’ “.

Meloy espera comenzar los ensayos clínicos con el dispositivo (que ya recibió el nombre de ‘orgasmatron’) a fines de este año. Cree que ayudaría a las parejas a superar las dificultades causadas por la disfunción orgásmica.

Testimonio de una colombiana anorgásmica

Sandra, licenciada en literatura, 32 años

Empecé a percatarme de mi anorgasmia cuando mis amigas contaban sus experiencias y todas describían sensaciones que jamás he sentido.

En una ocasión, una de ellas me dejó en el escritorio un artículo sobre la anorgasmia y me sentí plenamente identificada con lo que allí decía. Ella me insistía en qué debía hacer algo, pero prácticamente hice caso omiso.

Al principio no le di demasiada importancia pues sentía tranquilidad al ver que a muchas mujeres, como a mí, les ha pasado o les pasa y que aparentemente es fácil de resolver o creí que así era; pero recientemente he comenzado a pensar que me estoy perdiendo de algo interesante y que no lo puedo resolver yo sola, aunque no es un tema obsesivo para mí alcanzar el orgasmo.

Realmente no he hecho nada para remediar esta situación. No he consultado a ningún experto, a veces me da pena hacer una cita exclusivamente para contar esto y tal vez por eso pospongo el tema.

No me siento afectada emocionalmente, solo que me pregunto a mí misma qué es lo que me pasa, si es netamente psicológico y debo poner más de mi parte, o se trata de mi pareja.

Mi pareja actual, con la que llevo siete años, no lo ha tomado ni bien ni mal; sin embargo, en una ocasión me preguntó por qué yo no reaccionaba a un estímulo como lo hacían otras mujeres con las que él había estado y me sugirió consultar con un médico, pues le gustaría que sintiera un orgasmo, no solo por mí sino por complacerlo a él.

De hecho, en algunas ocasiones, me pregunta qué es lo que siento y cómo lo siento pero al final, nada… No he probado ningún método o tratamiento especial, solo estímulos específicos que, en teoría, deberían provocar un orgasmo, pero tampoco.

No estoy resignada pero soy consciente que no he hecho mucho por superar esta situación; me interesa hacerlo y reconozco que debo buscar ayuda en este sentido.

Sigo sosteniendo mis relaciones sexuales, pero he notado que a veces no le doy la suficiente importancia a mi vida sexual pues me concentro en mis hijos y en mi trabajo, sé que no está bien, pues una relación de pareja se cimienta en parte en una buena vida sexual… para mi el sexo es una forma de comunicar afecto y cariño por el otro, de sentir placer físico y emocional, de relajarse”.

FUENTE : New Scientist.

Tomado de el periódico: El Tiempo- Sección: vida de hoy – Salud. Domingo 7 de junio de 2009.


Psicóloga Alejandra Quintero R.

Bikini

“En julio de 1946, poco después del fin de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos decidió proseguir con sus experimentos con bombas atómicas en un minúsculo atolón* de las Islas Marshall llamado Bikini, que desde entonces permanece inhabitable debido a sus peligrosos niveles de radiación.

El mundo estaba conmovido con la todavía reciente destrucción atómica de Hiroshima, el 6 de agosto de 1945, y Nagasaki, tres días después, con un balance de unos 240 000 muertos, por lo que las nuevas experiencias nucleares dieron mucho que hablar y el atolón de Bikini se tornó conocido en el mundo entero.

En 1947, cuando el ingeniero francés Louis Réard creó un traje de baño femenino de dos piezas, el escándalo que estalló en el mundo ante tamaña osadía fue de dimensiones atómicas, al punto que el creador no encontró ninguna modelo (en la época, maniquí), que estuviera dispuesta a dejarse fotografiar vistiendo la escueta novedad, por lo que tuvo que contratar una bailarina de cabaré para poder mostrar su modelo, al que llamó bikini.”

*Atolón es un islote formado en el Pacífico por un celenterado llamado madrépora.

Etimólogo: Ricardo Soca
Definición tomada de LA PÁGINA DEL IDIOMA ESPAÑOL.

Les dejo con uno de los bikini más famosos del cine. Recuerdan a Ursula Andress en la película James Bond: Doctor No?

Para conocer más etimología erótica, ingresa aquí.

Psicóloga Alejandra Quintero R.

El sexo de los clérigos

Leyendo El Espectador de hoy, me encontré con esta columna la cuál me parece de todo el interés de los lectores de El Diván Rojo.

Por: Tomas Eloy Martínez.

YA CASI NO HAY MEMORIA DE LOS tiempos en que la Iglesia Católica sufrió desafíos tan ásperos como los de estos últimos años.
Lo que sucede no tiene la profundidad del cisma litúrgico del obispo Marcel Lefebvre ni el fervor revisionista en la interpretación de los Evangelios que desembocó en la Teología de la Liberación, sino las violaciones a una obligación que no es materia de dogma pero sí de continua perturbación: el sexo de los clérigos.

Primero fueron los delitos de pedofilia que en diciembre de 2002 provocaron la renuncia del cardenal de Boston Bernard Law, de quien se sospechó ocultamiento; 450 demandas millonarias por décadas de abusos contra menores dejaron la arquidiócesis al borde de la quiebra.

Otra vez ahora, como suele suceder, el escándalo se desata cuando sale a la luz algo que se trataba de ocultar: la descendencia del ex obispo paraguayo Fernando Lugo. Aquellos actos aberrantes y la aparición de tres hijos engendrados por el ahora presidente del Paraguay durante sus años de ministerio ponen en tela de juicio el valor de la represión sexual en la vida católica.

La mayoría de los católicos ignora que los sacerdotes y obispos no tenían prohibido el matrimonio durante los primeros 10 siglos de vida cristiana. Además de San Pedro, otros seis papas vivieron en matrimonio y —más llamativo aún— 11 papas fueron hijos de otros papas o miembros de la Iglesia, sin que ese linaje afectara la santidad de sus actos. Hasta el Concilio de Elvira, que lo prohibió en el año 306, un sacerdote podía inclusive dormir con su esposa la noche antes de dar misa. Eso comenzó a cambiar 19 años mas tarde, cuando el Concilio de Nicea estableció que, una vez ordenados, los sacerdotes no podían casarse.

¿Cuál es el sentido de reprimir las expresiones de la sexualidad, no sólo entre los clérigos, sino también en la vida diaria? ¿Qué gana la fe católica con eso?

Se teme que el placer distraiga de la oración, de la relación con Dios, pero el menosprecio de la mujer en los seminarios y la contradicción de los impulsos naturales del hombre en realidad no fortalecen los vínculos entre la Iglesia y el pueblo de Dios. Al contrario, el celibato obligatorio suele desanimar algunas vocaciones sacerdotales y provocar defecciones en el clero.

Si bien creía que “la vigente ley del sagrado celibato” debía seguir “unida firmemente al ministerio eclesiástico”, Pablo VI, atento a los clamores de modernización del Concilio Vaticano II, analizó las objeciones en una encíclica memorable, Sacerdotalis caelibatus, de 1967.

Allí se preguntó: “¿No será ya llegado el momento de abolir el vínculo que en la Iglesia une el sacerdocio con el celibato? ¿No podría ser facultativa esta difícil observancia? ¿No saldría favorecido el ministerio sacerdotal si se facilitara la aproximación ecuménica?”.

Acaso a Dios lo tengan sin cuidado los deslices del ex obispo Lugo, porque su gloria está más allá de lo que establecen los seres humanos. Pero la inflexibilidad de la doctrina deja entre los católicos la pregunta sobre el sentido de normas creadas por la Iglesia hace 10 siglos, que no existían antes y no tendrían por qué existir para siempre.

Jesús predicó la humildad, el amor a Dios y a los semejantes. Sus lecciones de vida siguen siendo claras. A veces, en el afán por interpretarlas, los seres humanos las oscurecen.

*Escritor y periodista argentino.

Tomado de el periódico El Espectador : 30 Mayo 2009, Columna de Opinión.

Los que tengan más tiempito, les recomiendo la lectura de otro artículo de hoy del mismo periódico: Discípulos de Enrique VIII: El escándalo en Miami del padre Alberto Cutié y sus efectos en Colombia.

Mis post rojos relacionados:
El Kamasutra Católico o la teología del orgasmo.

Psicóloga Alejandra Quintero R.

Anillo de O, o anillo de sumisión para esclavos y esclavas.

“…lo que ella no se atrevía a decirle era que si le gustaba tanto que la azotaran se debía, aparte el placer que sentía, hasta cierto grado, al hecho de que la felicidad la embargaba al sentirse abandonada más allá de su propia voluntad, y una vez superado el límite del placer O pagaba su dicha, en cierto modo, mediante el dolor y la humillación -humillación, porque no podía dejar de suplicar, no podía dejar de gritar al mismo tiempo que gozaba, quizá garantizando, de esa forma supersticiosa, la continuidad del placer…”
Historia de O-Pauline Reage
El anillo de O es llamado así no porque su aro decorativo parezca una “O”, sino porque O, es el nombre de la protagonista de la película: Historia de O, que tenía un anillo de sumisión semejante. Como dato curioso, en la novela de Pauline Reage, en la cual se basó la película, la protagonista tenía otro tipo anillo, sin argolla y con el símbolo del triskel, símbolo celta característico de la cultura BDSM.
La vieja escuela del sadomasoquismo no empleó el anillo, ni en sus prácticas sexuales ni como elemento distintivo. Éste se popularizó después de aparecer en la película mencionada en 1974, incorporándose después de este año, como uno de los elementos característicos del BDSM empleados por l@s sumis@s o esclav@s, como símbolo de pertenencia a otra persona. En otras palabras, si alguien usa este anillo es porque le pertenece a alguien, a un amo o una ama con la cual comparte una relación sadomasoquista.
L@s am@s realizan un ritual en donde se formaliza la entrega total del nuev@ esclav@, a través de la firma del contrato de sumisión y la entrega del anillo. Aunque en el campo real y cotidiano, no todas las personas practicantes hacen esto, la cultura BDSM aboga por su cumplimiento.
Les confieso que sin ser esclava de nadie, mandé a elaborar mi anillito. Mi interés por los objetos de índole sexual impulsó la búsqueda del famoso y escaso artilugio en Medellín. Después de recorrer la seca y la meca, encontré un lugar en el centro de la ciudad, donde fabrican los anillos que uno quiera. Así pues que llevé la muestra del anillo de O y en 15 días me entregaron uno igualito, por la módica suma de $65.000 pesos. Les comparto el teléfono de la joyería en Medellín, a los interesados, que imagino son much@s. Joyería Artesanal Dione: 514 29 16.
Al final del siguiente extracto de la película Historia de O, aparece el anillo del cual les hablo:

Si deseas saber algo más sobre el mundo BDSM, ingresa aqui.

Psicóloga Alejandra Quintero R.